GLAUCOMA
Es una enfermedad del nervio óptico en la que se produce una pérdida de las fibras que lo componen, habitualmente de forma lenta y progresiva.
La pérdida de estas fibras provoca una pérdida de visión que suele empezar en la parte periférica del campo visual, por lo que inicialmente no es detectada por el paciente.
La pérdida visual no es reversible con ningún tratamiento actual por lo que nuestro objetivo es reducir la velocidad de la progresión de la enfermedad. Es esencial una detección temprana y un seguimiento periódico con un tratamiento más o menos agresivo según la fase de la enfermedad y la velocidad de progresión.
El diagnóstico se determina examinando la cámara anterior (espacio entre la córnea y el iris), el ángulo de cámara anterior (espacio fisiológico por donde se filtra el humor acuoso y se controla de manera natural la presión intraocular), el nervio óptico y tomando la presión intraocular (PIO) con tonometría Goldmann. De forma complementaria, se deben realizar pruebas de paquimetría, campo visual, tomografía de coherencia óptica (OCT) y retinografía para poder establecer el grado de severidad. Se clasifica el tipo de glaucoma, principalmente, en función del ángulo de cámara anterior.
La hipertensión ocular se define cuando la presión intraocular está por encima de 21 mmHg. El aumento de la presión intraocular es el principal factor de riesgo para desarrollar glaucoma, aunque el hecho de tener la presión ocular alta no implica tener glaucoma, son condiciones distintas. Debido al riesgo existente es importante realizar pruebas complementarias y seguir revisiones oftalmológicas periódicas para determinar si hay daño en el nervio óptico y/o en el campo visual y poder actuar a tiempo con el tratamiento más indicado.
Principalmente existen dos tipos de glaucoma:
Es la forma más común, donde el ángulo de cámara anterior no presenta alteraciones visibles pero presenta una función reducida que implica un aumento de la PIO (PIO = 22 mmHg o mayor). Como subgrupo de este tipo de glaucoma tenemos el glaucoma normotensivo, en el que la PIO está dentro del rango normal (por debajo 22 mmHg).
Glaucoma Crónico de Ángulo Abierto
Es debido a una reducción de la apertura del ángulo de cámara anterior. Existen diferentes grados de cierre angular y de ello depende el grado de afectación. La mayoría de glaucomas por cierre angular son asintomáticos y crónicos, si bien en algunos pacientes se puede producir un cierre angular agudo con un bloqueo brusco del ángulo y una subida importante de la PIO. En este caso hay dolor ocular, visión borrosa y cefalea (dolor de cabeza). Es una urgencia oftalmológica y debe tratarse de manera rápida para no perder la visión del ojo afectado.
Glaucoma Crónico de Ángulo Cerrado
Preguntas más Frecuentes
¿Me puede ocurrir a mí?
Los factores de riesgo son principalmente la edad, la raza (, los antecedentes familiares y el uso de fármacos corticoides. Aunque también afectan los problemas vasculares y el sufrir apneas del sueño.
Tratamiento
Según el tipo de glaucoma y el grado de severidad que presente el paciente se decide aplicar un tratamiento u otro, o una combinación de ellos:
- Colirios hipotensores: es el tratamiento más habitual para disminuir la presión intraocular (PIO). Puede ser necesario combinar diferentes colirios para conseguir el efecto deseado.
- Iridotomía: consiste en realizar un perforación del iris periférico con un láser específico para el tejido ocular (láser YAG). De esta forma se reduce de sufrir un bloqueo del ángulo de cámara anterior. Es un tratamiento útil en pacientes que tienen un ángulo de cámara anterior estrecho de forma crónica.
- Cirugía filtrante: en los casos que no se pueden tratar con medicación o con láser, o estos no son efectivos, se plantea el tratamiento quirúrgico. El objetivo es establecer un nuevo canal de drenaje del humor acuoso hacia el exterior del ojo (espacio subconjuntival) haciendo una zona de filtración en la zona superior, debajo del párpado (ampolla de filtración). La técnica puede variar según si se hace un canal de comunicación de forma completa, trabeculectomía (TBT), parcial, esclerectomía profunda no penetrante (EPNP) o con un implante que ayuda a la filtración del humor acuoso. En estas técnicas se utilizan fármacos para evitar la cicatrización de la de la zona de filtración y así evitar que vuelva a aumentar la PIO.
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